martes, 1 de septiembre de 2009

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.
Si ayer hablaba del final hoy hay que hablar de comienzo. Los colegios se han abierto. Los profesores han vuelto al colegio como aquellos alumnos que dejaron algo para septiembre. Parece ser que una de las facetas que tengo que desempeñar en Guadalajara es la animación pastoral del Colegio de los Maristas. Y hoy, con las pilas cargadas, pero el ánimo como un conejo agazapado, me he dirigido al colegio con ánimos inciertos, con la vergüenza en los bolsillos, pero con el atrevimiento del que sabe que lo que no se hace hoy es muy difícil hacerlo mañana.
Es verdad que han sido mucho rostros nuevos, muchos nombres que no he retenido, muchas personalidades que ya iré definiendo. En definitiva, de muchos distintos se podría decir que son uno solo, el rostro del colegio, el rostro del educador, el rostro del héroe que trata de ayudar a unos jóvenes a vivir en sociedad con valores. Tendré que volver mañana, y pasado, y al día siguiente. Porque para trabajar juntos mi rostro también se tiene que identificar con el de ellos para tirar juntos del mismo carro y en la misma dirección; si es que queremos avanzar. Hoy hemos comenzado. Buenos días nos dé Dios.
Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 1 de septiembre de 2009.

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