martes, 22 de septiembre de 2009

Buenos días, Amigos.


Buenos días, Amigos.
Os tengo que pedir perdón. El Buenos días de ayer estaba fechado, porque fue escrito, el pasado día 19. Publicarlo, colgándolo ayer en Internet me ha parecido que no era fiel a la noticia pues ayer ya habían terminado las Ferias y Fiestas de Guadalajara. Pero me daba pena dejar esa reflexión guardada en el archivo de mis documentos.
Pero sí, la Feria 2009 ya es historia. Los mismos políticos ya han manifestado su balance y crítica al programa elaborado y propuesto por el gobierno del Ayuntamiento. Es cosa suya, la política para los políticos. Anoche, como todas las noches, volví a salir. Mis pies me llevaron, como todas las noches hacia el Recinto Ferial y al parque de San Roque donde estaban ubicadas las grandes carpas de las peñas. Todavía se podía sentir el bullicio entre las atracciones y tómbolas. El resto estaba muerto, desértico, sin un alma. Bueno, una, la mía que se asustó al pasar cerca de unos contenedores pues al ruido de mis pisadas unos cuantos gatos salieron de su interior huyendo. En el silencio de mi mente también hacía balance de esta Feria, que había comenzado sintiéndome solo, en medio de muchas luces de colores, y triste, a pesar de los ritmos alegres de los días venideros. Qué distinto soy, o por lo menos así me siento, tras el fuego abrasador que me relacionó con los alcarreños.
Fue como un milagro consolador que me devolvió la paz como una ofrenda reconciliadora. Paseando anoche, como el único superviviente, de una hecatombe bulliciosa y juvenil, echaba de menos muchos rostros que a esas horas dormirían el sueño de una semana. Paseando anoche entre las calles de Guadalajara me sentía feliz. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.
Gregorio.

Guadalajara, 22 de septiembre de 2009.

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