martes, 3 de marzo de 2009

Buenos días, Amigos.



Buenos días, Amigos.
Cada momento tiene su cuaresma. Cada instante tiene su cuaresma. Cada segundo tiene su cuaresma. Cada minuto tiene su cuaresma. Cada hora tiene su cuaresma. Cada día tiene su cuaresma. Cada mes tiene su cuaresma. Cada año tiene su cuaresma. Cada vida tiene su cuaresma. Cada uno tiene su propia cuaresma.
Escuché el domingo pasado un comentario en la radio que, si hubiera sido de una emisora oficial tendría pase, pero proviniendo de una cadena religiosa la noticia la ideologizada. Venía a decir la joven periodista, con entusiasmo clerical recogiendo fondo de una homilía, que el Papa Benedicto proponía para esta cuaresma tres acciones importantes: el ayuno, la oración y la limosna. La pobre se quedaba tan pancha. La periodista había estado atenta a las palabras del Papa pero se ve, por el comentario, que no prestó oídos al evangelio. Es el mismo Jesús el que invita a sus discípulos a ser hombres libres dominando las pasiones y ejerciendo la caridad. Y tampoco es algo original en Él. Ya los profetas lo proclamaban para ser una persona donde Dios tenga cabida.
Esta noticia se junta con otra que hoy he escuchado en la radio. Mi vida es así, mañanita de radio noche de televisión. Varias parroquias han elaborado unas propuestas con acciones concretas para esta cuaresma. A la tele hay que ponerle un paño negro, el mp3 esconderlo, los sms como si hubiéramos perdido el móvil,… Y así unas cuantas.
Cada momento tiene su cuaresma. Cada uno tiene su cuaresma. Aunque no seamos personas religiosas nos vemos enfrentados en esta vida a superar tentaciones, pruebas, exámenes, dificultades que nos van haciendo hombres y mujeres libres de conciencia. No me río de la cuaresma que es un tiempo litúrgico fabuloso para mi vocación pues me ayuda a valorar lo importante en mi vida. Me río de los que la quieren codificar. Lo que siempre se ha dicho en nuestra tierra, ser más papistas que el Papa.
Una monja carmelita de clausura, que soñaba con hacer el bien a todo el mundo y en todo el mundo, pues su corazón era misionero, decía que en tiempo ordinario hacer las cosas extraordinariamente. Creo que es el mejor lema para la cuaresma y para la vida de cada uno. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio.



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