jueves, 12 de marzo de 2009

Buenos días, Amigos.



Buenos días, Amigos.
Ayer, cuando entraba a las charlas cuaresmales que el Padre Victorino está dando en la parroquia, me encontré con una amiga que venía, como rutinariamente hace todos los días, a Jesús. Nos une la amistad con Javi. Nos une la amistad con Carlos. Pero es con Jesús con quien siento que más me une a mi amiga pues demuestra una confianza que con otros no tiene.
Mi amiga quiere tomar un café conmigo, pero solo conmigo, nada de periódico. Si bien me extrañó su expresión enseguida sus palabras empezaron a explicar. Su hija empieza a ser una Lolita tremendamente guapa. Su negocio, desde que se fueron los de Oriente, no es lo mismo. En su vida, como en la de todos, falta comunicación y eso hace sentirnos más fríos y más solos. Creo que son motivos suficientes como para pedir un café con un amigo y poder desahogarse. Pero todavía no entendía lo del periódico. Cuando empieza a relatar los últimos relatos de Sevilla, el exalumno que hace batalla en su antiguo colegio, en América otro perturbado hace sangrienta su memoria y en Murcia un hombre mayor entra en un Centro de Salud y la arma.
Hay días que es mejor leer el AS o el MARCA, ver al Niño Torres lo crecidito que está en el Erasmus futbolero o disfrutar del Villareal por su victoria en Atenas.
Qué está pasando.
Cómo está el mundo.
Hemos perdido el norte. Hay días que es mejor no haberte levantado.
Hay días que es mejor aislarse con música, aunque sea pachanguera.
Hay días, como el de ayer, que necesitas la calidez de un café, de un amigo, de Alguien cercano para que te anime a sentir que este mundo merece la pena.
Si voy esta tarde a las charlas cuaresmales buscaré a mi amiga para tomar un café. Porque sí. Porque sí. Porque sí, este mundo merece la pena vivirlo. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.
Gregorio.

No hay comentarios: