jueves, 29 de enero de 2009

Buenos días, Amigos.




Buenos días, Amigos.
Bueno, eso de Buenos días. Buenas tardes, que ya es casi la hora de comer. Entre unas cosas y otras y, sobre todo que me he levantado tarde, no he tenido tiempo para nada. Sí, no tenemos colegio. Hoy festejamos civilmente a la Virgen de la Paz, patrona de La Puebla y a la cual no se le tiene devoción. Fue el sábado y por eso los Colegios la hemos pasado el día de descanso a hoy, para unirlo al día de mañana, Día de la Enseñanza, y al fin de semana. Si hay alguno listo con un fin de semana así sí que se puede hacer una buena escapada.
Uno que no tiene dinero ni posibilidades, que está con los bolsillos abiertos a cualquier invitación, prepararé las maletas, una mochila mejor, para ir mañana a FITUR, la feria de mis sueños. Escribía ayer un periodista que un viaje puede ser la mejor forma de olvidar la crisis. Yo me reía. Como no te vayas a estos países que están peor que nosotros y acabes dando gracias a Dios por todo lo que tienes, la oferta de turismo muestra unos lugares, unos hoteles, un personal que parecen la seducción del mismísimo diablo.
A mí si me gusta viajar es por escribir, por plasmar lo que veo, lo que siento, lo que me hacen. Comprendo a Javier Reverte cuando dice que los libros se escriben con el culo antes que con la imaginación o la inspiración. Mi gran sueño sigue siendo la India. El martes conocí a una persona que va mucho a la India, que está muy integrado en su cultura y en su gente. Pero me quedé de piedra cuando, esperando unas palabras con karma me habló de cagar y de unos monos meones. Para eso me quedo en La Puebla que en mis paseos por el Colesterol también me dan apretones. Menos mal que la película El buen nombre me ha devuelto la mirada hacia aquellas tierras y, con la inspiración de Nikolái Gogol, coger una almohada y una manta y salir a ver mundo para llegar a donde no se pueda ir más lejos. Decía San Francisco que su claustro es el mundo. Mañana me gustaría encontrármelo en FITUR. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio.


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