jueves, 8 de enero de 2009

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.
Prometo que no era la intención que tenía, pero anoche, mientras preparaba unas cuentas, hablaba con la familia y unos amigos, me tragué el último capítulo de la serie, Sin tetas no hay paraíso, del canal cinco. Por cierto, no sé por qué se llama así cuando poco se hablan de las tetas de Catalina y todo el mundo habla del físico del protagonista.
Lo cierto es que fue una amiga la que me informó de que era el último capítulo, algo había visto en la prensa estos días pero no le di importancia. Mi amiga, como muchas mujeres españolas, enamoradas de este personaje, puso urgencia en nuestra reunión literaria y ya me advirtió que lo que más le gustaba de este hombre es ver cómo hace suya, como la toma, como la coge, a la chica de sus sueños. A mí que más me daba ver un canal u otro. Como esta serie está basada en un libro decidí no mover el canal y dedicarme a hacer de lo mío.
Fue muy agradable ver a Javi en la serie, pero la alegría duró segundo pues con él empezó una matanza, que si así fue la serie, ojo los ríos de sangre que habrán corrido por sus escenas. Apunté varias frases, como si fuera comienzo de año, los propósitos de ser buen ciudadano y mejor persona quedan por los suelos como muchos de los actores. Confieso que el epílogo final, esa confesión in extremis, está cargada de emoción y sentimiento; arrepentirse de las faenas y valoras lo que merece la pena me parece de lo mas bello que tiene la capacidad humana.
Terminada la serie no me resistí y llamé a mi amiga que lloraba mientras yo me reía a carcajadas. Han explotado, como se hizo en otro canal con los hombres de Pasión de Gavilanes, la figura de el Duque, que verle muerto cuesta. Pero no tiene que estar tan lejos de la realidad cuando, me he desayunado esta mañana, un ajuste de cuentas en pleno hospital. Eso me hace menos gracia.
En la sociedad en la que vivimos puede ser que sin tetas y sin abdominales no hay paraíso, pero ese lugar tan especial se lo gana uno por merito propio, y no solo de palabra, sino con obras, que son amores. No lloréis que ya vendrán otros guaperas que os levantarán las penas. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio.

1 comentario:

Unknown dijo...

Gregorio, dile a tu amiga que no hay "pa tanto",que el Duque, hasta ahora era una persona de lo más normal, fijate si era normal que era compañero de mi hijo en el colegio, para ser más exactos del colegio Las Carmelitas de Castellón. Cuando has conocido a alguién en su "día a día" y más cuando era un mocoso aún comprendes menos la popularidad y fama que puede llegar a conseguir alguién que realmente lo único que tiene es su físico, en fin, cosas de la vida.Saludos.