martes, 25 de agosto de 2009

Buenos días, Amigos.




Buenos días, Amigos.
Atenas está entre llamas. La última hora es que el viento ha avivado los rescoldos haciendo descontrolado el fuego. Miles de personas han sido desalojadas, se habla de más de veinte mil. Una barbaridad. Las imágenes ofrecidas por televisión muestran el altar de los dioses atenienses rodeado por una columna de humo proveniente de los montes cercanos, donde los propios mortales, los hijos del valiente Pericles, pueden sofocarlo. Se ha pedido ayuda internacional. España ha ofrecido dos hidroaviones para colaborar.
Ante estas imágenes lloro, no tanto porque el incendio esté a unos pocos kilómetros del Olimpo, sino por el recuerdo. Hace unos meses pudimos comprobar la huella que el salvaje incendio del verano del 2007 había dejado en Grecia. Además, hace unos días, en un canal madrileño, pude ver un programa dirigido por Miguel Ángel Tobías en el que entrevistaba a madrileños que se encuentras en Atenas, mientras nos muestran la ciudad, su arte, su historia, sus costumbres.
Con Miguel Ángel Tobías mi mente recorría, en el recuerdo, aquellos sitios, aquellas calles, aquellos barrios, aquellos rincones; aquellos rincones. Gracias, Atenas, por esas vivencias: Placa, Monasterique, Areópago, Foro, etc... Lloro con aquellos que han perdido todo. Lloro con los que otra vez ven a Grecia entre llamas. Lloro porque no puedo hacer nada. Que los dioses aplaquen su ira y ayuden a extinguir el fuego.
Buenos días nos dé Dios.
Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 25 de agosto de 2009.

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