miércoles, 19 de agosto de 2009

Buenos días, Amigos.




Buenos días, Amigos.
Mi superior me ha dicho que he perdido la oportunidad de mostrarme como un fraile virtuoso. Hace unos días, creo que fue el domingo, buscando un buzón de correos para depositar una postal y felicitar a un amigo, me encontré con una iglesia desconocida.
Hay que decir que en Guadalajara casi todas las iglesias me son desconocidas. Intenté entrar por verla. Guadalajara tiene unos paneles informativos donde se explica y se muestra con fotografías el valor artístico del edificio. La iglesia que me topaba merecía una entrada. Pero al entrar estaban celebrando misa. ¡Qué pena!, dije en voz alta.
En la entrada había un hombre de mi edad pidiendo. “Oye, amigo”. Me dijo con tono de mucha confianza. No tendrás un calzado para darme. Me miré los pies y comprobé que llevaba unas sandalias que había comprado en la calle Mayor. La verdad es que no, le dije. Y seguí buscando los buzones.
No sé por dónde me metí que volví a salir al mismo sitio y viendo al mendigo, y sabiendo que le había respondido como si me hubiera levantado de siesta, me acerqué a preguntarle por qué no me pidió dinero y sí calzado. El hombre, alegre por acercarme a él, me enseñó unas chanclas que estaban a punto de romperse. Qué pena no haberle conocido un mes antes, pues en los contenedores de ropa y calzado tuve que depositar varias bolsas. Tuve que desprenderme de muchas cosas para poder intentar ser feliz en mi celda.
El hombre era simpático y le sugerí que esperase a que la misa terminara para pedirle calzado al párroco. Y con el, “adiós, amigo”, y una sonrisa me despidió.
Mi superior dice que en ese momento debía de haberme descalzado, como buen fraile, y haberle dado mis sandalias a ese pobre en la puerta de la iglesia. Yo creo que ha visto muchas películas. Tengo ganas de ver la cara que pone cuando le pida al ecónomo de la casa los treinta euros que me costaron las sandalias, porque las mías no sé a dónde han ido con el traslado. Eso sí que será otro cantar, otra película y otra virtud.
Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio.

Guadalajara, 19 de agosto de 2009.

No hay comentarios: