viernes, 24 de abril de 2009

Buenos días, Amigos.



Buenos días, Amigos.
No sé cómo resultaría la Noche de los Libros en Madrid. Por lo que a mi me atañe, la noche de los libros la pasé durmiendo. No podía más. Reconozco que el Día del Libro debe de tener su noche, pero mi cuerpo no podía más.
A primera hora estuve repartiendo unos marcapáginas que ha hecho Castilla la Mancha por todos los curso a propósito de este día. En las clases estuvimos hablando, y gritando, sobre la importancia de leer con algunos cursos. El programa de radio versó y festejó este día. Terminando la tarde con una conferencia de mí amiga, Almudena Puebla, en el Museo de la Celestina para la Asociación de Mujeres, Melibea. Mi noche no podría haber tenido un mejor fin. Dormir. Soñar.
Sí, soñar. He soñado algo, pues tengo el vago recuerdo de tener el reloj parado a las nueve y quince minutos y, un profesor aporreando la puerta de clase y diciéndome que ya llevo tres horas de clase seguidas. Los sueños, sueños son. Por eso me gusta tanto leer, porque sueñas con los ojos abiertos, porque viajas sin moverte del sillón, porque duermes profundamente y te encuentras con hadas, piratas y demás personajes que te hacen la vida más divertida. Leer es vivir, por lo menos vives mejor, comprendes mejor, sabes más cosas y te atreves con cosas porque la lectura te hace más valiente.
Llega el fin de semana. Con la bonita imagen de un libro, de varios libros y una rosa, tengo metido en la mente la bárbara imagen de un jugador de futbol que clava su bota a un compañero. Eso no se hace en esa categoría. Los marcapáginas de Castilla la Mancha tienen imágenes de jóvenes deportistas que son modelo de nuestra juventud. No podemos dejar que la violencia se apodere de nuestros valores e ideales. Yo, al ese jugador, además de los castigos que le sancionen, le mandaba a leer; estoy seguro que cambiaría. Buen fin de semana. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio.

La Puebla de Montalbán, 24 de abril de 2009.


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