miércoles, 22 de abril de 2009

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.
Hoy mis palabras tienen sentimiento, tienen voz, música y canción. Y uno que es muy atrevido podría arrancar con un tono, con un color y un sabor. El tono sería bajo, el color gris y el sabor amargo. Hay que estar triste, dejar caer unas lágrimas por la llanura del rostro, para cantar esta canción que hoy siento en mi alma, en mi cuerpo y en mi corazón. Va por Ustedes, diría.
Que difícil es comprender que a pesar de estar hoy aquí soy parte de este pueblo que jamás lo podré olvidar. Debéis creerme, siempre busque ser libre y nunca dejare de soñarlo, pues solo sé que podré conseguir la fe que pueda compartir y que compartí. No llores por mi Argentina, mi alma esta contigo, mi vida entera, te la dedico, mas no te alejes, te necesito. Quiero sentirlo muy cerca, poder intentar abrir mi ventana y saber que nunca me vais a olvidar. No llores por mi Argentina, mi alma esta contigo, mi vida entera te la dedico, mas no te alejes, te necesito. Cómo podré decir para convencerlos de mi verdad. Si aun creéis dudar, mirad mis ojos, ver como yo también lo hago.
No llores por mí Argentina. Y después de llorar un rato, como en los días de la semana pasada, a otra cosa, mariposa, pues las lágrimas hacen dormir bien y tener sueños placenteros.
Quien llora tiene ilusiones. Y quien tiene ilusiones tiene vida. A vivir, que son dos días. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo. Feliz día de la Tierra.

Gregorio.

La Puebla de Montalbán, 22 de abril de 2009

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