martes, 21 de abril de 2009

Buenos días, Amigos.


Buenos días, Amigos.
Terminados los ejercicios espirituales con Sor Alelí surgieron confidencias. Hay que decir que los dos llevamos el mismo tiempo en La Puebla y de ahí surgió el chascarrillo. Uno que ha sentido la llamada de Dios sabe que no es bueno mirar atrás. Si surge esta tentación mejor es volver, pues sin el ímpetu y coraje de la llamada el seguimiento se hace muy duro. No es bueno mirar atrás, pero nada se nos dice de mirar a los lados.
Creyendo que éramos del mismo carisma, Sor Alelí contemplativa y un servidor nervioso y activo, ella pensó que mi claustro era mi convento. Por lo visto muy pronto empezaron las comparaciones, llegando incluso a quejarse a la Madre Abadesa de que el Padre Gregorio sale mucho de la clausura. El tiempo, la maduración de su vocación y la formación que ha recibido, creo que le han ayudado a distinguir los carismas, los dones y ministerios dentro de la Iglesia. Es verdad, llegamos casi a la par a las tierras pueblanas y que diferentes han sido nuestros caminos; si sumamos los kilómetros yo la supera, si sumamos la altura ella me dobla. Qué distintos, qué diferentes y qué necesarios.
Es lunes, me encuentro más relajado aunque este tiempo me irrita porque altera el estado anímico de los chicos en clase. Pero qué bello es ver llover tan finamente esta tierra, mi tierra, mi historia, mi cuerpo. Dan ganas de empaparse tanto por fuera como por dentro. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio.

La Puebla de Montalbán, 20 de abril de 2009.

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