miércoles, 17 de junio de 2009

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.
Si hace un mes me comunicaban el nuevo destino para mi vida y caía como un bombazo en mi interior, y se notaba claramente por fuera, sí os puedo decir que en este mes no ha sido la noticia más fuerte, grave y peligrosa que he sentido. Anoche mismo, mi corazón se derretía de pena al ver a un hombre morir solo en una boca de metro italiano. Qué pena. A lo que llega el miedo humano; no solo estamos perdiendo los valores sino que vemos en los animales gestos más legales que los de las propias personas.
Hay que dejarse de mirar a uno mismo y fijarse en los demás, seguro que está peor que uno mismo y, a lo mejor, lo único que necesita es una sonrisa de confianza. La vida es muy dura y nos hace caminar con armaduras muy duras que nos proteja de todo tipo de críticas. Lo malo es que la armadura nos desfigura, tanto tiempo con ella nos desfigura y corremos el peligro de dejar de ser nosotros mismos para convertirnos en el hombre armado.
Ayer estuve con un chico mas joven que yo, de esos de armadura templaria, que hacía tiempo que quería hablar conmigo y yo me preguntaba para qué, si lo tenía todo. Al final de muchas largas fui a la cita y mi sorpresa fue mayúscula, buscaba un hombro de confianza para llorar su soledad, y eso que yo siempre lo he visto rodeado de mucha gente. Tenemos que ayudarnos. Tenemos que socorrernos. Tenemos que estar más cerca y conocernos mejor. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio.

La Puebla de Montalbán, 18 de junio de 2009.

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