jueves, 12 de febrero de 2009

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.
Lo que faltaba, en tiempos de crisis que nos hablen de corrupción. Me preguntaron en noviembre cómo estaba el tema del paro por La Puebla y yo, sinceramente, en ese momento no conocía a nadie que hubiese dejado de trabajar. Pero como si hubiera sido un aviso sin traición diciembre comenzó arrasando un largo listado de espera laboral.
Corremos tiempos difíciles, complicados y desesperados. Nos hemos acostumbrado a vivir entrampados y cuando ha dejado de salir el sol nos hemos dado cuenta que nuestra vida está al borde del camino y malos pájaros pueden comerse nuestra semilla.
Rezamos por los enfermos, rezamos por los desaparecidos, rezamos, también, por los que no tienen trabajo. En los tres casos la virtud de la paciencia es un buen síntoma para no morir de los nervios. Ahora que la lista de parados es cada día más grande, que el retroceso económico es ya eminente, que vengan unos chulos y se aprovechen no me parece de justicia. A cada día no le falta su afán, desde las primeras horas del alba, muchos hombres y mujeres despiertan para trabajar, para hacer mejor este planeta. No es de buen nacido aprovecharse de los demás. Vivimos tiempos turbulentos en los que la claridad es la máxima expresión de la honradez.
Ayer vi a un hombre que hace unos años era el dueño y señor de todo este plantío. Hoy, con su coche oscuro, pasa por las calles como si un ajeno, y eso es lo bueno. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo y buen fin de semana.

Gregorio.

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