lunes, 16 de noviembre de 2009

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.
Este fin de semana ha estado la ciudad de Guadalajara envuelta en música sacra. No sabéis qué delicia. Cuanto tiempo llevaba deseando participar en estos recitales que en iglesias o en teatros, y en la mayoría de los casos gratuitamente. El doctor Marín, mi padre putativo, me enseñó a escuchar y a gustar de la música como esa poesía silenciosa que penetra el cuerpo y llega a lo más íntimo de cada uno. Ha sido una suerte, una gran suerte.
No soy entendido, y menos en estas líneas quiero mostrar mi erudición. Todo lo contrario, me gustaría que mis palabras tengan en esta mañana musicalidad para compartir con vosotros el regocijo de estos días. Aunque dentro de unos días comenzará el adviento, hemos escuchado unos bellos villancicos barrocos. También, y de una forma un poco rara, me he deleitado con la Música Callada de Federico Mompou y la representación del Cristo de los Gascones con la Nao d´Amores. Esta última me la perdí y creo que es la que más ha gustado. La segundas Veladas de Arte Sacro ha terminado, pero en la agenda cultural de Guadalajara siguen colgadas unas bellas noches de música y poesía en el Teatro Moderno que, como pueda, no me las perderé. Y es que la música y la poesía amansan la furia que llevo y alegran la depresión que tengo. Buenos días nos dé Dios.
Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 16 de noviembre de 2009.

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