viernes, 6 de noviembre de 2009

Buenos días, Amigos.


Buenos días, Amigos.
Os decía el otro día que el comienzo en la cadena COPE fue una historia muy bonita. Por lo menos para mí. Durante este tiempo he sentido una gran admiración por una pluma que escribe en la hoja diocesana. Quien me conoce sabe que trato de buscar nombre y rostro a las palabras. Poco a poco me fui enterando de quién eran los escritos y llegué a conocer al escritor. Un día, por casualidad, había quedado con un sacerdote joven en el Colegio Diocesano para hablar sobre el dichoso tuenti y vi por sus pasillos a este sacerdote, Álvaro Ruiz. No tuve reparo en llamarle, en saludarle y en expresarle el placer que me da el leerle. Pero el sorprendido fui yo, pues me llamó por mi nombre y sabía de mí.
Escasamente llevaba un mes por Guadalajara y ya alguien había pregonado mis aficiones y gustos por los Medios de Comunicación. Sabía que había tenido experiencia de Radio y que en Internet tenía unos Blogs. Sé que soy poco humilde al decirlo, pero en ese momento me sentí muy feliz al ver a alguien que admiraba saber de mí. Fue él el que me propuso colaborar en la Cadena COPE, y yo encantado. No se me llena la boca al decirlo. Pero por otro lado está la responsabilidad de hacer más rica la experiencia demostrando responsabilidad y haciendo bien el trabajo.
Una vez más la Radio me cura, me sana, me saca de la depresión contemplativa. La Radio me da vida, y una vida compartida con los demás. Gracias, Álvaro. Buenos días nos dé Dios.
Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 6 de noviembre de 2009.

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