lunes, 8 de noviembre de 2010

Cumpleaños feliz.

Buenos días, Amigos.
Andaba yo ayer con la moral por los suelos. No sé si por el cambio de tiempo, por el cansancio del cursillo de Madrid, por encontrarme solo en una tarde de domingo, o por ver visto como un compañero salía de Urgencias. La vida tiene muchos síntomas y no sabía a cual de ellos atender. Decidí salir a la calle, tomar el aire, un café y ya leer la prensa. Estaba en esto último cuando varios pedigüeños de iglesias entraron a tomar unas cervezas. ¿Por qué no un café, dado el frío que hacía? Tras una ronda vino otra y llegó una tercera. Todo bien hasta que se marcharon. Uno de los mendigos está colocado desde hace una temporada en la puerta de mi iglesia, de mi trocito de cielo, como me gusta llamar a la Iglesia del Carmen de Guadalajara. "Padre, me dijo, perdóname, perdóname" Se ve que estaba avergonzado con mi presencia. "Es que es el cumpleaños de mi compañero" Se ve que se consideran de la misma empresa. Y haciendo un gesto en la cabeza me daba a entender que el que cumplía años era el calvo del grupo. Al preguntarle por los años que cumplía me dijo que cuarenta y cinco. Vaya, dije yo. Cuarenta y cinco y su aspecto era el de uno ya casi jubilado. No me podía quedar callado y le pregunté cuantos tenía él. "Yo, padre, (eso de padre me llega al alma en una cafetería a voz en grito). Yo tengo treinta y tres" Su aspecto es más de cuarentón que el mío. Madre mía. ¿Dónde habrán pasado la noche? Yo creo que la moral me subió a tope.
Buenos días nos dé Dios.
Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 8 de noviembre de 2010.

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