viernes, 6 de enero de 2012

Un momento especial.

Buenos días, Amigos.


Cuando está a punto de concluir el día de la Epifanía del Señor, para muchos es la conclusión de las Fiestas Navideñas. Nadie esperará al domingo, día del Bautismo, porque, para entonces, ya las Rebajas en muchos tiendas habrán empezado. Ojala, cuando hagamos un balance de estos días no solo seamos conscientes de lo que nos hemos gastado de más ni de los kilos que marca la báscula al pesarnos. También me gustaría que fuéramos conscientes de lo que ha aumentado nuestra fe en estos días.


Tendremos que ahorrar para poder llegar a fin de mes en esta cuesta empinadísima que ha comenzado a marcar el año 2012. Tendremos que hacer deporte o algo de dieta para quitarnos esos kilos de más. Pero también tendremos que hacer algo con ese espíritu que el Señor ha depositado en nosotros para incrementar la fe en él.


Sorprende ver ya, en esta tarde, los contenedores llenos de cartón y bolsas que sospechan regalos en la noche de ayer o muy de mañana, por hoy. Mucha ilusión, mucho cariño, mucho de todo. Las Navidades se acaban pero no pueden ser como las de aquel villancico negativo que ve cómo las nochebuenas vienen y van, y nosotros nos iremos y no volveremos más. La vida es algo más. Y es algo más de lo que no vemos. Por eso, como en la Navidad potenciamos lo que no se ve, dejemos que ese Misterio también crezca en nosotros.


Que esta Navidad haya sido un Dios con nosotros, porque así todos los días, como un momento especial, serán Navidad. Buenos días nos dé Dios.


Un abrazo.

Gregorio.


Guadalajara, 6 de enero de 2012.

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