miércoles, 25 de enero de 2012

Remigio.

Buenos días, Amigos.


Llevo unos días, como si fuera inspector de policía, buscando la identidad de Remigio. ¿Se preguntarán quién es Remigio? No crean, yo también me pregunto quién es.


Remigio es un personaje de la literatura de un amigo con el cual estoy intrigado. No me contento con que sea un pobre desgraciado que en su vida solo ha cosechado folios y folios de escritura en las noches largas y frías del invierno, donde daba romance a sus sueños. Además de ser un muerto de hambre en su bohemio desván lleno de papeles, viejos periódicos y algún que otro libro,me imagino a Remigio como buena persona, amable y un caballero con las señoras, dicharachero con los hombres y un golfo con los muchachos. Me lo imagino apuesto. Bien duchado y con ropa limpia bien podría bajar de su huardilla, si tuviera cuartos, que esa es otra, para echar la partida con sus semejantes. Pero sin dinero, sin pesetas o sin euros, no hay partida ni folios blancos. Remigio es escritor de folios sucios o fotocopiados, que para algo vive del cuento. No es vividor, aunque le gustaría vivir mejor, por lo menos sin que le recuerden lo que debe, lo que se llevó o lo que tiene que escribir. Porque Remigio escribe, sabe escribir, y lo hace muy bien. Enamorado de su dulcinea escribe poesías en el aire mientras contempla las montañas desde su pequeña ventana o el brillo de las estrellas en la noche armoniosa de su pueblo.


Pero Remigio no es mío, que es de mi amigo. Que sea él el que con sus pinceladas dé la vida a este ilustre soñador que piensa que es un bohemio escritor en una perdida villa. Que sea él el que le eche la edad, que ponga color a su pelo, tropiezos a su andar y remilgas a sus dichos. Aunque con tanto pensar en él y darle figura a su encanto, más bien parece mío, aunque solo sea un tanto. Que viva Remigio. Pero por lo menos, ¡que viva!


Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio.


Guadalajara, 25 de enero de 2012.

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