lunes, 7 de marzo de 2011

Una visita deseada.

Buenos días, Amigos.
Ayer tuve una agradable visita, una joven pareja de amigos de La Puebla vinieron a visitarme para poder preparar mejor su próximo enlace matrimonial. Diecisiete meses después han vuelto a pisar tierras alcarreñas, esta vez más nerviosos dada la proximidad de su boda.
Creo que es muy importante preparar ese momento en el que, como dice el Libro Sagrado, uno deja a su padre, a su madre, y se une a otra persona para formar una nueva familia. Y hay que prepararlo bien por muchos sentidos. Principalmente por ellos, por los novios, que son los grandes protagonistas de ese momento. También por los padres que ven, y sienten, emocionados como sus hijos se han hecho un hombre y una mujer. La familia es importante y en ese día quieren estar presentes. Y no digamos los amigos. Dicho esto podría decir que ya he mencionado a todos y que no me he dejado a nadie. Bueno, tal vez al sacerdote. Pero no. Creo que en una boda es necesario dos invitados más. Por un lado se merece una invitación especial Dios que nos ha dado y es el motor de todo amor. Y por otro lado, y de forma más discreta, hay que hacer partícipes de esta fiesta a los pobres. Hay algunas interpretaciones que dicen que la décimo tercera moneda de las arras es para compartirla con los menos favorecidos de la vida.
Agradezco vuestra visita y el banquete de boda que competisteis ayer conmigo: riquísimos los huevos duros y no digamos el cazón adobado o la sopa de chocolate como postre. Ahora os toca a vosotros el remate final de ese día que abrirá las puertas a una vida apasionante que, como ese día, sois los protagonistas de realizar. Espero que todos vuestros invitados se encuentren tan satisfechos con vosotros como yo ayer.
Suelo decir, y mas con vosotros, dada la confianza, que lo más importante no es la ceremonia, y eso que me toca un poco de sus responsabilidad; ni tampoco el banquete, que como no llenes los estómagos pueblanos uno se ve expuesto a grandes críticas. Para mi, lo más importante, son las relaciones humanas que vosotros podáis establecer con todos los que os acompañaran en ese día.
Muchas felicidades compartidas con vuestros padres.
Buenos días nos dé Dios.
Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 7 de marzo de 2011.

No hay comentarios: