miércoles, 9 de diciembre de 2009

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos. Buenos días, Rosalía.

Muchas felicidades, Rosalía.
Espero, que rodeada de tus seres queridos, de tus papás, de tus abuelos, de tus tíos y primos, y, sobre todo,
de tus nuevos amiguitos, hayas pasado un día muy feliz, especial, formidable.
Me gustaría saber que has estado muy contenta al ver tanta gente en tu fiesta queriendo acompañarte en el soplido de tu tercer cumpleaños y en el rezo para que tu deseo se haga realidad.
Espero que haya pedido algo importante, grande, que no pueda entrar por el garaje porque es inmenso. Espero que hayas pedido algo dulce, de eso que se saborea más con el corazón que con el paladar. Espero que hayas pedido algo con muchos colores que enturbien la vista por su intenso brillo.
No sabes cómo te echo de menos. Yo creo que eres la protagonista de mis recuerdos, la única voz que guardo en la memoria, el único cariño sincero, auténtico y natural que he dejado sembrado en el prado del Vedado. Por eso tu memoria es un tesoro para mí.
Me da mucha alegría saber que no has olvidado mi nombre y que toda referencia mía le colocas la etiqueta de Guadalajara, una ciudad que tiene muchas “a”s, y que me gustaría pronto llenarlas de amistad. Es lo que pido, terminar el año, celebrar la Navidad y que los Reyes Magos me echen cinco amigos alcarreños, como “a”s tiene el nombre de Guadalajara.
Pero no sé si será posible, tengo todavía vuelto el corazón y la mente hacia tu pueblo, hacia La Puebla. Incluso los profesores de Maristas me dicen, cuando han visto a La Puebla en la cadena de Castilla la Mancha, “ha salido tu pueblo en la tele”.
Y me consta de la buena voluntad de esta gente de prepararme el camino, de abrir su voluntad y sus mejores formas, de sonreírme y de llamarme por mi nombre.
Pero todavía me falta algo, me falta tiempo, me falta voluntad, me faltan ganas, me falta olvidarme.
Pero eso no quiero, no quiero olvidar.
No quiero olvidar tanto bien, tanta felicidad, tanto cariño, tanto aprecio que he recibido de tu pueblo.
No quiero olvidar tantos rostros, tantas sonrisas, tantas ilusiones. No quiero olvidar.
Si fuera más valiente. Si supiera cómo hacerlo, me compraría un disco duro para guardar ese tesoro que tengo de La Puebla y que nadie me puede robar.
Por eso no quiero olvidar, porque sería lo peor de mi vida si olvidase lo mejor.
Pero no puedo parar el tiempo y el tiempo pasa. Tal vez lo que debo de hacer es dejar que pase y, como las semillas, dejar que apreten tierra.
Seguro que la que caiga en el camino algún aprovechado se la llevará, como la que está entre los pedruscos.
Pero la que haya caído en tierra buena, en corazones bondadosos, en buena gente, ésa, aunque pase el tiempo, aunque llueva a mares, aunque sople huracanes.
Esa semilla, esa amistad, no se la llevará nadie. Porque los verdaderos amigos son para siempre.
Para siempre, Rosalía.
Feliz Cumpleaños.
Feliz 3años.

Buenos días nos dé Dios.
Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 9 de diciembre de 2009.

1 comentario:

RaqueLuna dijo...

Preciosa carta de felicitación a tu 'inolvidable' amigüita Rosalía.
No es bueno, ni fácil olvidar lo "bueno"... Sólo hay que dejar que pase el tiempo, esperar a que sin esperar nada de la vida, te sientas de nuevo "bueno".
:)velette