lunes, 25 de abril de 2011

El ladrón de Pascua.

Buenos días, Amigos.

Me acabo de despertar de un profundo sueño, y largo, y retorcido, y no sé qué mas. Llegué muy tarde de Orobio donde celebré la Pascua con un nutrido de jóvenes. Reconozco que se han portado bien, muy bien, demasiado bien para la edad crucial que tienen y el momento de intercambio que viven en esta convivencia pascual. Pero he dormido en una malísima cama, de esas que te hundes y que empiezas a perder tu identidad la segunda noche porque tienes tanto sueño que te caes en cualquier sitio. Esta noche, en mi cama, después de cuatro noches de jarana, volver a recuperar mi forma me ha costado; como que todavía tengo que enderezar parte de mi.


Pero si no he recuperado mi cuerpo, cómo os digo que tengo la mente, la cabeza, que el mismo silencio de mi casa me parece que hace eco de las voces de los días anteriores. Me duele la cabeza. No soy persona, no controlo los reflejos del mundo que me rodea. Y si tenía poco me acabo de encontrar un ladrón en mi casa. Sí, un ladronzuelo. Bajo la apariencia de rezar a San José y gesticular con las manos las oraciones, el muy sinvergüenza abre la tapa del lamparario y tras barrer el pobre cepillo lo vuelve a cerrar, dándole las gracias al Santo por el regalo que le hace. No cené ni he desayunado, las piernas me tiemblán de debilidad, y de susto. No sé cómo me he atrevido a decirle lo descarado que ha sido haciéndolo delante de mi. Pero claro, quién soy yo en esta casa, qué pinto yo en el Carmen, cuando yo no soy referencia de aquí. ¡Vaya caso que me van a hacer los ladrones! Encima diré que ha sido un buen ladrón de Pascua y el sinvergüenza soy yo.


Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.


Gregorio.

Guadalajara, 25 de abril de 2011.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si escuchamos a Jesús, veremos cómo en los últimos lugares también se está muy a gusto.. desapercibidos, y sabiendo además que "el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado”.