lunes, 3 de mayo de 2010

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.
Este fin de semana será difícil de olvidar y más difícil de superar. Han coincidido varios factores que han hecho muy atractivas las vivencias de estos días. Que el hombre propone y Dios dispone es una gran realidad, pues en estos días pensaba hacer unas cosas, algunas las he realizado, y otras me han sorprendido gratamente. Os cuento.

Fue mi amiga Paloma la que me avisó que el grupo de Teatro La Recua iba a venir a Guadalajara a representar su último montaje, ¡¡¡Mamáááá!!! En el programa de ocio confirmé esa sospecha y señalé para el último día de abril en mi agenda, con letra muy grande "Teatro". Y como el domingo siguiente era el día de la madre escribí "Quero", aun con letra más grande. Esos días ya han pasado. Y si bien he gozado de compartir con La Recua nuestras penas y alegrías, os puedo decir que el día de la Madre se quedó en unas llamadas telefónicas; estaba muy cansado, demasiado.

Madre solo hay una, pero días para darle un beso muchos y todos. Espero poder acercarme antes de que termine el mes de la madre y de las flores. Cada vez soy más madrero. Puede porque valoro lo que tengo, porque sé lo que es y porque la quiero un montón, pues a mis cuarenta y cuatro años todavía sigue siendo la fuerza de mi vida.


Me ha gustado ver que en el día de la Madre tengo mujeres que cuidan de mi: mis monjas, mis amigas de las Anas, de las Hijas de la Caridad, mi amiga Yolanda, o esos hombres que me quieren como si fueran madres. No me voy a quejar. Este fin de semana ha estado lleno de cariño, de amistad, de amor tierno y también de terracitas. Buenos días nos dé Dios.
Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 3 de mayo de 2010.




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