jueves, 29 de abril de 2010

Buenos días, Amigos.



Buenos días, Amigos.
Ando hoy un poco aturdido. Esta mañana se me ha dado el barómetro de una encuesta realizada en mi nuevo colegio y la puntuación más baja ha sido la labor y el servicio de la capellanía. Osea, el trabajo que realizo yo. No es que haya suspendido, porque la nota supera el aprobado. Pero quien me conoce sabe que no soy conformista y esta puntuación, además de rabia me pone al acecho.
El caso es que no sé cómo empezar y por dónde empezar. Tendré que hacer una investigación sigilosa para ver los puntos que han movido la encuesta, los motivos que la han hecho necesaria y el significado que tiene para los votantes lo que han valorado. Tal vez esté acostumbrado a ser la estrella con mi trabajo por el interés y esfuerzo que pongo en mis trabajos, pero un capellán, desde su mero significado, es el clérigo que sirve a un grupo de personas a conseguir una misión. Capellanus, de capella. Osea, el cura del colegio. No sé si en esa baja puntuación lo que se valora es lo que pinta un tipo como yo en el colegio o es que se ignora la misión a la que fui requerido. Desde el comienzo he tratado de acompañar a los profesores no solo en el colegio. Me ha gustado ir con los chavales a experiencias culturales y de enriquecimiento personal. Me ha gustado que me hayan tratado como uno más a pesar de mi poco tiempo de convivencia docente. Incluso he dejado cosas por irme con los chavales en Semana Santa. La verdad. No entiendo esa nota tan baja. Tal vez es que los clérigos no estamos valorados, o no nos valoran, o, como digo yo, no saben que es lo que pintamos en un colegio, en un hospital. No es que quiera ser declarado capellán de honor. En todo caso me gustaría ser capellán castrense, suena más y mejor; y seguro que pagan más. Ahora, en este tiempo de crisis, bajo la influencia primaveral, tendré que promocionarme para que me valoren más. Es primavera, ¿sabes que tienes un capellán, sabes que tienes un amigo?
Buenos días nos dé Dios.
Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 29 de abril de 2010.

1 comentario:

Esther dijo...

No te preocupes que los números son lo que menos importa, lo importante es el calor y la amistad que has recibido de ellos, lo demás es una cifra en un papel que dentro de unos días no se va a acordar nadie.