viernes, 23 de octubre de 2009

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.
Una de las misiones que me han encargado y que hago con mucho gusto es ir a confesar a las Monjas Concepcionistas de Torrelaguna. Una vez al mes, tras preparar una sencilla charla y catequesis, me dirijo a ese bello pueblo, patria chica de mi hermano Cisneros, para aliviar la vida de estas monjas. Son cuatro, y una está enferma en casa de un familiar, por lo que el foro es muy pobre. Además, hay que añadir que son muy mayores, tienen más años que lo que representan sus risueños rostros y, por tanto, en eso templos espirituales tiene que haber más de una gotera, grieta o peligro de derrumbamiento. Pero como os digo es algo que hago con sumo gusto, porque siento que voy a visitar a mis abuelas, a hablar con ellas y hacerlas la vida más llevadera si les perdono los pecados.
Y qué pecado tiene una abuela que quiere a todo el mundo y quiere lo mejor para todos. Tal vez el de quejarse de los dolores y romper el silencio del claustro cuando va con esas piernas hechas polvo de un lado a otro de un monasterio desproporcionado a sus posibilidades. Yo las persono desde aquí, y sé que Dios, que es Padre y Bueno, las perdona desde el cielo. Por eso mi visita, más que a perdonarlas, creo yo, es más bien para decirlas que las quiero, que todavía son importantes, que todavía, a pesar de la edad, siguen siendo luz para un pueblo lleno de rumanos y sal para una tierra que busca la auténtica felicidad mirando al cielo frío de la sierra. Buenos días nos dé Dios. Buen fin de semana.
Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 23 de octubre de 2009.


1 comentario:

Paloma dijo...

Ya veo querido Gregorio, que poco a poco, tu vida se va duplicando. Durante un tiempo fué el La Puebla de Montalbán y ahora allí en Guadalajara.
Tengo que decirte que mis abuelos vivieron durante un tiempo (corto) en Torrelaguna, y es un pueblo que no conozco.
Ya veo que de momento tenemos algo en común LAS CONCEPCIONISTAS...