lunes, 5 de abril de 2010

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.
Los periódicos comentan entre sus duras noticias de hoy que la Gran Vía cumple 100 años. Que menos que felicitarla desde estas líneas y agradecer a esa calle todo tipo de emociones que a lo largo de estos últimos quince años me ha transmitido. Gracias Gran Vía. Muchas Felicidades. Espero que tengas muchas felicitaciones que desde el corazón sean generosas en sus palabras y parcas y austeras en sus silencios.
Muchos de los que me lee con asiduidad no han conocido a Fray Felix, un fraile de altar en la tierra, que desde la cocina del convento de Duque de Sesto santificó su vida para mí, aunque sus méritos vienen de lejos y su leyenda se agrandó con su duro final. Este fraile bendito, sabiendo de mis andadas y de las quejas que el Superior ejercía sobre mí, como buen confesor, aun no siendo sacerdote, sabía ponerme penitencia. "Venga, venga. No le des mas vueltas al asunto. Te das una vuelta por la Gran Vía y ya verás que feliz vuelves" Cuanto echo de menos a Fray Felix.
Durante los años en La Puebla de Montanbán creo que se hicieron famosos mis lunes por Madrid. Desde las siete de la mañana, hora de salida del autobús, hasta las diez de la noche, hora de llegada, raro era el lunes que no me dejaba caer por la Gran Vía para cargar de energía mi espíritu pueblerín. Me gustaba desayunar en el VIP´S, aunque luego preferí el de otras calles, pero su local de revistas y libros fueron motivos de citas y amistades. Primero fueron sus cines, luego sus teatros, terminó la calle con los musicales. Que maravilla de calle cultural.


Hace unos días crucé la calle con mi amigo Carlos de Móstoles y mi amiga Esmeralda de La Puebla. Esta vez yo llegaba desde Guadalajara. Ya había escuchado noticias de su próximo cumpleaños y sentí un fuerte escalofrío al pasear por esa calle y ver, que, a pesar del Destino, seguía teniendo amigos y la calle seguía siendo tan curativa como desde el principio. Por lo menos entretenida es.



El doctor Marín me ha regalado una maleta por Navidad. El Lunes Santo fui a recogerla. Un poco tarde, pero dicen que es Navidad hasta que se terminan de abrir el último regalo. Esta año se me ha juntado todo. Para darle estreno, con el contenido de una vieja mochila, me fui a pasear por la Gran Vía, para que esta preciosa maleta, vaya donde vaya y lleve lo que lleve, pueda aportar a este peregrino y forastero la belleza, el encanto y la energía de la Gran Vía para compartirla con todos vosotros. Buenos días nos dé Dios.
Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 5 de abril de 2010.




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