miércoles, 17 de febrero de 2010

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.
Hace unos días recomendaba a los amigos de Cadena COPE de Guadalajara y Sigüenza que no se perdieran la retransmisión de Los Goyas, la gran Gala del Cine Español. Y no me arrepiento. Es verdad que el Cine de nuestro país no pasa por el mejor momento y que muchas de las películas que se realizan no llegan a nuestras salas, muchas de ellas casi vacías cuando se habla de un film español. Ágora, Celda 211, Gordos, El Secreto de los ojos. Son grandes películas que hacen historia en nuestro cine.
Pero como nos decía hace unos días Verónica Forqué en una charla alcarreña. “ A mí me gustan más los taxis de Londres cuando un taxista madrileño le insinuaba que el cine español no le gustaba”.
Confieso haberme emocionado con el broche final. No esperaba menos de Buenafuente y la Sardá. No esperaba ni menos, ni más. Por eso me emocioné cuando vi salir a Pedro Almodóvar en el escenario para presentar el Goya a la mejor película española. Aunque, puestos a confesarnos, reconozco que ya empecé con un mea culpa al escuchar el humilde discurso del Presidente de la Academia, Alex de la Iglesia. “Hay que ser humildes... No somos tan importantes... Tenemos que ser humildes, estar agradecidos y pedir perdón por haber fallado muchas veces.

Apoyemos nuestro cine, el Cine Español. Apoyemos a nuestros actores, que también son guapos y son más sencillos. Y si criticamos el Cine Español, que sea, por lo menos, por haber visto la película.
Y, así, en este clima de emoción, de humildad, de buen cine poder cantar aquella canción: cine, cine, cine, cine, más cine por favor. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 17 de febrero de 2010.

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