lunes, 31 de enero de 2011

Vientos de Esperanza.

Buenos días, Amigos.
Me gusta más el título de Vientos de Esperanza para la película, Siempre queda el Amor, como se comercializó por aquí la película de Sandra Bullock y Harry Connick.
Por segunda vez sonó el móvil. Primero para despertarme de la siesta, pero mi cuerpo anda cansado por dormir poco y no lo escuché. La segunda, media hora después era un mensaje de una amiga que estaba viendo en la tele una película que nos unió hace años; hace muchos años.
Este tiempo de atrás que lo he pasa tan mal había en mi recuerdo una película con la que identificaba ciertos sentimientos y me sentía identificado con la protagonista. Pero después de tantos años ni recordaba el título ni el nombre de la protagonista. Solo recordaba que sus penas fueron refugiadas en el calor del hogar. El mensaje de mi amiga era la referencia que buscaba.
"En la primera están echando Siempre queda el amor"
Rápidamente me levanté y me dirigí a la sala de la tele para comprobar que mi intuición no me engañaba. No me equivoqué. Era ella. Casi lloro de emoción.
Con esa rapidez llamo a mi amiga. En su día fue como una película de autoestima para ella. Con el tiempo se convirtió en un recuerdo fuerte donde poder buscar el amor, el cariño, las ganas de vivir y de soñar. No hay nada como el hogar. No hay nada como la familia. No hay nada como una madre. Hay una escena en la que la protagonista. Ahora sí puedo nombrarla, Sandra Bullock, se encuentra tan perdida que toma el váter, el retrete como su mejor amigo, mientras descubre el cariño profundo de su madre. Siempre queda el amor. Puede que sea, por no confundir la pretensión que hace el actor Harry Connick, que me gusta más ese título que habla de aire y de esperanza. Todo, todo, absolutamente todo lo tenía Sandra Bullock para ser feliz y en un instante todo, como un castillo de naipes, se vino abajo. ¡Cómo me identifico con la protagonista!
Gracias a Dios, después de centrifugar al máximo de revoluciones mi cabeza, como ese retrete donde depositar la mierda de que también nos acompaña en esta vida, en rincón de mi interior, y gracias a las referencias de fuera, empezó a brotar, con vientos de esperanza, mi amor a vivir.
Buenos días nos dé Dios.
Un abrazo.
Gregorio.
Guadalajara, 31 de enero de 2011.

1 comentario:

RaqueLuna dijo...

¡¡¡ Buena VIDA te de DIOS !!!
Llena de PAZ Y BIEN.
:)