martes, 23 de diciembre de 2008

Buenos días, Amigos.



Buenos días, Amigos.
Estamos esperando las “Pajaritas”, un puñado de dulces, caramelos y mazapán que reparten las Dignísimas Autoridades del pueblo por los Colegios, Guarderías, Residencias y Entidades Públicas. Han perdido todo el valor que tenían, pero hay que luchar por no perder el significado.
Hoy, muchas de esas bolsas serán tiradas por los suelos, pisoteadas, o mal usadas, porque la sociedad del bienestar nos ha llenado de todo. Lo que sí debemos hacer es guardar el verdadero significado de este gesto tan bonito y no perderlo. Se podrá criticar, se podrá potenciar, se podrá hacer con él lo que sea, pero nunca perderlo. Las crónicas nos hablan que nos acercamos a una nueva década, muchos años repartiendo ese puñado, ese aguinaldo, esa limosna navideña.
Tal vez habría que actualizarlo; menos chuches, un lapicero, una libreta, una camiseta. Nunca debería desaparecer esa figurita de mazapán con forma de pajarita que tantas hambres ha calmado, tantos buenos paladares ha tenido, tantas navidades ha acompañado, tantos sin sabores ha calmado, y tantas ilusiones ha recogido.
Con la espera de las Autoridades que traerán ese puñadito de alegría os dejo. Reitero mis deseos de Feliz Navidad y mis humildes y sencillos deseos para la prosperidad del año 2009; así, en un año de crisis podremos seguir siendo felices, muy felices.
Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio

domingo, 21 de diciembre de 2008

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.
Con las cuatro velas del Adviento, la esperanza abierta de par en par, la ilusión llena de angelitos y el ruido, solo el ruido, de la Lotería Nacional de fondo, muy apropiada para decorar la casa, quiero aprovechar para desearos, a Vosotros y a vuestros seres más queridos, una Feliz Navidad y un Próspero 2009. Si sois capaces de presentaros ante el Pesebre, ante el Niño Dios, con vuestras mejores galas de humildad y sencillez, no habrá duda de que la dicha ha llegado a vosotros para el Año Nuevo.
Han sido muchos días compartidos con Vosotros a lo largo de este año que termina, lo escrito escrito está. Por eso agradezco las plumas que con desacuerdo, felicitación, ánimo, y más motivaciones habéis respondido a mis Buenos días para expresar vuestra opinión y hacer menos frío este escrito.
Estoy seguro que ya habéis visto la película Bella. Hay una escena en la que aparece un ciego que tiene escrito un cartel donde podemos leer: “Dios me quitó la vista para que pudiera ver”. Mi amiga Bea, de Valencia, está esperando que llegue ese día mejor. Y ya ha llegado. Es hoy. Es mañana, es pasado, es el año que viene. Cada día ha de ser mejor, por lo menos el planteamiento ha de gozar del optimismo personal que supere las barreras de los demás.
Como a Bea, a todos Vosotros, os deseo un día mejor, una Navidad mejor, un 2009 mejor que, desde la sencillez y humildad de este portal cibernético, os lo deseo con los ojos del corazón.
Buenos días nos dé Dios. Y mucha suerte.

Un abrazo.

Gregorio

jueves, 18 de diciembre de 2008

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.
Todavía no hemos encendido la cuarta vela del Adviento y ya se respira Navidad. En el Colegio los villancicos del Festival de Navidad envuelven las clases con dulzura. Los profesores han quedado para cenar juntos esta noche. Tras la larga evaluación esta mañana se repartirán las notas. Poco a poco, por carta, por email, por mensajes o por llamadas, estoy recibiendo felicitaciones y buenos deseos para estos días y el próximo año. ¿Cómo será el próximo año?
Tengo muchos anhelos en la vida. El año nuevo no creo que me los pueda hacer realidad, porque son aspectos de mi vida que he de asumir, aceptar y vivirlos como tal. Hay fechas que que pueden marcar un cambio en mi vida o dejarme tal como estoy. El año anterior fue desastroso, este no ha estado mal y para el próximo año, mi amigo el brujo, me ha comentado que tendré un año cuatro, osea, un año con mucho trabajo. ¡Mas! Pero si estamos en crisis.
Lo cierto es que, sin terminar el presente, ya tengo compromisos matrimoniales apuntados para el 2009; en una cata de vino me salieron dos bodas, estarían borrachos, y ayer, en una charla prematrimonial, otra pareja me ha pedido que les case. El trabajo, veo, ya está apuntado en la agenda. Espero que junto al trabajo, que no ha de faltar, la salud, el amor y la felicidad me acompañen, no solo para poder gritar: viva los novios, sino para muchas cosas más.
Me ha encantado una carta que he recibido del único maestro que todavía me vive de mi época de infancia en la que me dice, con la tristeza y la soledad de que se ha quedado solo, que diga una misa por su esposa con las palabras de los ángeles porque fue una mujer muy buena. Creo que no soy digno de celebrar dicha misa. Pediré a los ángeles que concelebren esta bella oración por este amor tan eterno. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo y buen fin de semana.

Un abrazo.

Gregorio.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Buenos días, Amigos.


Buenos días, Amigos.
Me gusta el Mensaje Navideño que se ha seleccionado para felicitar las navidades del próximo año en el Certamen de Crismas y Mensajes Navideños que el Ayuntamiento de La Puebla de Montalbán convoca todos los años. Como en otras ocasiones, mi presencia es la representación del Colegio Franciscano en dicho Certamen. Me gusta ver que cada año hay mayor participación, sobre todo en Mensajes, que es la parte que pongo más hincapié, animándoles, desde la clase de Religión, a crear, con pocas palabras, lo que les gustaría decir, en estos días de Navidad, a todos los pueblanos. Escriben, rompen lo escrito, lo vuelven a escribir, lo vuelven a romper. Tendríais que verles las caras que ponen cuando tienen que tirar a la papelera lo que les ha costado crear. Pero al final, como esfuerzo literario, escriben algo que merezca la pena.
Comentaban un miembro del Jurado que era un mensaje cañero, que iba a dar fuerte, que iba al grano. Y es verdad. El mensaje es claro, va al fundamento de la Navidad y no se queda en cuatro días. Viene a decirnos que en estos días de Navidad tenemos que ser más humildes y que este comportamiento se debería de desplazar al resto del año. Lo gracioso es que lo ha escrito una niña de lo más dulce, no creo que pretenda dar caña, sino que desde la dulzura de su personalidad, transmitir a los pueblanos el verdadero sentido de la Navidad; la humildad.
Dios se hace humilde en un Niño para que veamos en los Niños el mejor reflejo de Dios. Quien tenga niños a su alrededor sabrá perfectamente lo que estoy diciendo, pues los niños, a pesar de sus diabluras, manifiestan lo mejor del hombre; ternura, amor, felicidad, confianza, cariño, alegría… Los que no tenemos niños tendremos que sacar ese párvulo que llevamos dentro para poder acercarnos con humildad al Pesebre de Belén y rendirte. Una alumna me ha escrito una oración en un crisma para felicitarme la Navidad: Dios es Dios. Lo verás sin verlo. Lo oirás sin oírlo. Serás tocado por Él sin ser tocado. Serás reconfortado por él si tienes fe y te rindes a Él sin condiciones.
Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.


Gregorio.


Buenos días, Amigos.


Buenos días, Amigos.
Pasada la fiesta de la Inmaculada, todos los años tengo el ritual de coger mi agenda y escribir las tradicionales tarjetas navideñas a la familia, a los amigos, a las personas conocidas. También busco un hueco en mi habitación para colocar una vela de adviento con un angelito, normalmente suele ser cerca del ordenador, porque en mi habitación es difícil encontrar un hueco para un papel más. Más adelante, con el ruido de la Lotería Nacional, me gusta decorar la casa, especialmente el comedor.
Pero os confieso que este año no tengo ganas de decorar nada; estoy desganado. No he buscado ni la vela que me anima a ver la Navidad como un tiempo propicio para renovar las promesas espirituales que me animen a ver el nuevo año con un optimismo reto. Lo que sí he hecho ha sido buscar la agenda, que sí sé donde está en medio de mi desastrosa habitación. Para mi sorpresa, cuando me senté y empecé a hojear las páginas abecedariamente, descubrí que muchos de los nombres que tenía escritos ni los conocía, ni sabía quienes eran o, por el contrario, hacía mucho que había desaparecido la relación.
No sé si los cuarenta y tres años filtran mucho las amistades. Creo que solo he escrito unos quince crismas donde destacan mis padres, mis hermanos, mi sobrino y algunos tíos. Amigos, amigos, muy pocos. Me asusté. Es cierto que estoy en una edad en la que no me gusta conocer gente nueva porque ya tengo bastante con los que tengo. Pero ¿dónde están los que tengo?
Enseguida me di cuenta que en mi agenda, mi vieja agenda, no tengo a casi nadie. Es en el móvil y en el correo electrónico donde aguardan los nombres importantes en mi vida. Respiré, no me podía haber creado tan agrio la barriga de los cuarenta.
Ahora solo pido a Dios un milagro que me inspire esos deseos navideños que hacen disfrutar la vida desde las pequeñas cosas para poder desear, a las personas que quiero, una Feliz Navidad. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Buenos días, Amigos.


Buenos días, Amigos.
Tras el accidente que tuve hace un mes pensé que el coche, a pesar de salir brillante del taller, tendría algo, no sé, algo, un freno, una amortiguación, un tornillo, un algo que al pasar la Itv me llamarían la atención. Ayer me acerqué a Talavera, pensé que sería el trayecto más cómodo. Todas las pruebas las fue pasando muy bien, siga adelante, decía en técnico encargado, siga adelante. Siempre me pasa, hay cosas que no sé dónde están de no utilizarlas como las luces antiniebla.
Todo parecía seguir adelante menos en la última prueba y con las ruedas de atrás. Estarían midiendo el nivel de amortiguación. Nada, otra vez tenía que repetir el ejercicio. Ya estaba tan nervioso que no atinaba cuando me decían que moviese el volante a la derecha o a la izquierda. Tuve que sacar el coche de ese barranco que me comía lo menos cinco veces. Pensé que en la amortiguación estaba la huella de mi accidente, la sospecha que tenía. A todas éstas, el chico encargado de mi inspección, joven, pensé que sería mi suerte, tenía una cara de examinador más pendiente de sus pantalones que del vehículo que inspeccionaba.
Fue otro técnico el que le dijo a mi encargado que el rodillo donde las ruedas traseras del coche estaban haciendo presión se había roto. Atacado de los nervios, sudando, me tuve que poner en otra máquina, repetir el ejercicio, marcha atrás, dejarme caer en el barranco, punto muerto, turbulencias, y siga adelante. Cuando me dijo que en la cafetería esperase pensé que allí me dirían los fallos que habían encontrado. Con el café pedido y sin verlo en el mostrador me llamaron y me despidieron hasta dentro de dos años. El coche estaba bien.
Por lo que veo, las secuelas del accidente todavía están en mi mente y en mi piel que todavía tengo que hidratar. Espero que tras los turrones la inspección de la salud también me dé el aprobado. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio

Buenos días, Amigos.


Buenos días, Amigos.
Llegadas estas fechas y estos fríos me gustaría escribir, como Paulo Coelho, un cuento de Navidad. Por un lado, para acompañar a mis alumnos de 6º de Primaria que participan en el Certamen que Radio Puebla convoca todos los años llegadas estas fechas. Por otro lado, crecer en la estima personal y obligar a mi pluma a buscar la inspiración para que, desde cualquier rincón de La Puebla, poder escribir un relato con el que poder felicitar las navidades a mis cercanos. No tengo la inspiración de la mano y, mucho menos, para ponerme a participar en concursos.
En estas fechas y con estos fríos siempre tengo en mente el relato de Martín el zapatero, un hombre que los palos de la vida le había borrado la sonrisa etrusca de su rostro y refugiado en su negocio hacía lo que podía. El era religioso a su manera, por casualidad le llegó a su tienda un misal destrozado que con respeto se puso a arreglar. Leyendo y hojeando con curiosidad el libro escuchó en su interior la voz del Señor que le anunciaba que antes de la noche le visitaría. Limpió y armonizó la casa como pudo. En las horas de que faltaban hasta la noche pasaron por la zapatería más pobres con necesidad que clientes. No importaba, a ellos no les faltó la caridad del viejo Martín.
Llegada la noche el anciano se sintió defraudado pues había estado todo el tiempo con el alma en vilo esperando la aparición del Señor. Antes de coger el sueño la Voz interior le reveló que el Señor había venido a su casa en cada uno de esas pobres y heladas personas que había atendido. Porque cada cosa que hacemos por alguien con necesidad se lo estamos haciendo a Él.
Tal vez porque mi abuelo materno era zapatero, éste ess mi cuento de Adviento preferido, y mi cuento de Navidad. Que tengáis una buena semana. Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Buenos días, Amigos.





Buenos días, Amigos.
Hablando con mis alumnos, acercando nuestros tiempos en busca de comprensión y entendimiento, he descubierto que su John Travolta se llama Efrón y su Olivia Newton-John se llama Vanessa Anna Hudgens. Además, y para mi sorpresa, no existe una película de género musical que se llama High School Musical, sino que existen tres. ¡Tres! Y casi todos han visto las tres. Y te lo dicen con un aire que suspira pertenencia, admiración y enamoramiento con sus protagonistas.
Estoy seguro que también mis alumnas rezan al ángel protector para que les inspire inteligencia para ser admitidas en el grupo inteligente de las matemática y mis alumnos tener los músculos necesarios para ser admirado y convertirse en popular, no como la rosita frustrada de Grease. Si por lo menos la película les estimula a vivir esta hermosa etapa de su vida no solamente rodeados de libros y ven en los compañeros, especialmente los que se incorporan por motivos especiales, a vivir la amistad como un valor enriquecedor, a aprovechar el tiempo aplicándose en las materias y a potenciar el coro del Colegio, especialmente en las Comuniones, me daría por satisfecho si decido proyectar un día una de las tres, o tal vez la cuarta parte de la famosa High School Musical.
Este fin de semana, además de corregir muchos exámenes, tengo películas para ver. Feliz finde.
Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Buenos días, Amigos.



Buenos días, Amigos.

Tengo que reconocer mi agradecimiento a un amigo que anoche me dejó quedarme en su casa para ver Grease. Está mal, fui a verle porque hacía mucho tiempo que no sabía de él, ni me lo cruzaba por la calle ni lo veía por el Paseo del Colesterol. Ayer me lo encontré en un supermercado de La Puebla y decidí pasarme por su casa para estar un rato con él. Tiempo estuve, lo que duró la película, aunque hubiera sido mejor hablar de nuestras cosas. El hizo zapping con el mando y dio la casualidad de que en un canal empezaba la película Grease. Fue todo un detalle que dejase el abanico de canales parado para que yo pudiese ver la película que tan gratos recuerdos me trae de Madrid.
Tumbados en sus cómodos sofás disfrutamos de la historia de Danny Zucko y Sandy Olsson en el Instituto Rydell. Me encantó una de las escenas finales en las que el profesorado intenta sacar dinero para una residencia de ancianos docentes.
Hace unas semanas, el día que se iluminó Madrid de colores para Navidad, asistí con unas compañeras del Master a ver el Musical de Grease en el Teatro Nuevo Alcalá. Me gustó mucho. Nos gustó mucho. Aunque sería más apropiado decir que nos lo pasamos muy bien, sobretodo con la canción de Frenchy, Beauty School Dropout, en la que su ángel de la guarda reconoce su frustración por no aprobar nada, ni siquiera el champú.
Reconozco que ver la película me ha ayudado a entender las lagunas que tiene el musical y a comprender a mis alumnos que quieren que deje de poner esas piadosas películas mías y ver un día High School Musical. No sé si está bien hecha la comparación, pero hoy tiene un ritmo más engominado mi vida. Grease… ¡Qué tiempos! Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio.

Buenos días, Amigos.


Buenos días, Amigos.

Ha sido el cumpleaños de la hija de unos amigos. Darle un beso y desearle felicidad es poco para una fecha tan especial donde el puente de la Inmaculada se prolonga. Me la comía a besos y creo que me quedaba corto para demostrarle mi cariño hacia ella. La tomaría de la mano y me la llevaría de paseo por la Soledad para presumir de amiguita y el orgullo que tengo de ella no podría mostrarlo del todo. Le había comprado un Pocoyo; creo que es el mejor regalo que una persona querida, a pesar de su edad, puede recibir en estos días de crisis para hacer más humilde y sencilla nuestra vida y aprender a disfrutar de las pequeñas cosas. Qué teatrera, mi regalo fue de los más pequeños y ella lo recibió con un uhhhhhh nervioso y sorpresivo como si fuera muy grande.
Me llama Hegorio y lo repite hasta la saciedad. Le gusta hablar conmigo y no deja que los mayores se interpongan en nuestra conversación. Ha cumplido dos años y yo pensaba que cumplía tres. No sé, la veo muy grande, muy parlanchina, muy suelta.
Ella es la bendición de Dios, el mejor fruto del amor que unos padres pueden tener, la ternura que este mundo necesita para ser verdaderamente dichoso, el sueño y el deseo por hacer mejor este mundo para que estos pequeños mocosos, que todavía no saben lo que es el peso de una mochila llena de libros, sean libres y felices.
Felicidades, Rosalía. Te quiero mucho, pero sé que tú me quieres más.
Buenos días nos dé Dios.

Un abrazo.

Gregorio

martes, 9 de diciembre de 2008

Buenos días, Amigos.

Buenos días, Amigos.


Estoy cansado, muy cansado. Los fastos del puente de la Inmaculada me han dejado cao. No es fácil recuperar las tradiciones cuando lo que viene siendo tradicional es hacer de los días inmaculados unas pequeñas vacaciones con la familia, con los amigos, con los destinos deseados. Qué conste que yo también he sido tentado y el deseo de evadirme de estas beaterías ha sido muy grande, porque me veo muy solo, y las playas del Mediterráneo o la tranquilidad del hogar familiar, han hecho su danza estos días. Pero no me voy a quejar.
En el fondo no me he sentido tan solo, aquellos que aprendieron del Padre Benjamín a amar a la Inmaculada han estado dispuestos, un año más, a hacer un homenaje a la Madre de Dios y con su tiempo y dedicación han hecho un acto religioso digno de ser elogiado. El gusto por hacer las cosas bien no pica, como dice el refranero, y tiene toda la razón. Pero hay algo más, algo que no se puede ver pero se aprecia, algo que no se toca pero se siente, algo que no se considera pero está ahí, en esos corazones sencillos que disfrutan con las cosas de Dios y que solo Él sabe premiar. En la calle de los beatos no ha habido viajes, ni playa, ni cervezas, ni amigo, ni familia, sino más bien tensiones, más trabajo y broncas por hacer las cosas mejor, por sentir la comunidad de los amigos de la Inmaculada, por hacer más grande el espíritu religioso que cala hasta los huesos a estos anawines.
Buenos días nos dé Dios.